No estás solo: Consejos para sobrellevar el trauma psicológico y encontrar esperanza.
- Ps. Constanza Busse
- 4 sept 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 13 nov 2024
Partamos por el principio.
¿Qué es un trauma psicológico?
El trauma psicológico se refiere a una experiencia única o reiterada en el tiempo, que causa un impacto emocional y psicológico profundo y duradero en una persona, afectando su bienestar, comportamiento y capacidad para funcionar en la vida diaria.
Es común que lo asociemos con abuso físico, sexual, ser víctima de un asalto, portonazos, accidentes, desastres naturales o experiencias de guerra, pero también puede ser, y tiende a ser más invisibilizado el abuso emocional, experiencias en las que se haya vivido un miedo extremo o de completa indefensión. A veces surge en las relaciones de pareja, o incluso en la infancia, dejando una profunda huella.

Generalmente se vive en silencio, con dolor y como si algo estuviera "roto por dentro", creando un loop de preguntas que se repiten una y otra vez en la cabeza:
¿Por qué me pasó esto a mí?¿Podría haberlo evitado?¿Soy culpable de alguna manera?
Ante las que no se obtienen certezas y pueden llegar a generar mucha confusión y convertirse en una verdadera tortura sin fecha de término. Y como si las preguntas no fueran suficientes, se suman los profundos miedos a ser lastimado nuevamente, a perder el control, a la muerte, al abandono, a ser juzgados o rechazados y así un sinfín de otros que se pueden sumar a la lista.
Y como por supuesto, es muy difícil desconectar los pensamientos de las emociones. Se puede, en el "mejor de los casos", y lo digo entre comillas, lograr bloquearlos a un costo energético y emocional muy alto, lo que termina convirtiéndose en una especie de olla a presión que está a punto de explotar en cualquier momento). Se pueden experimentar sentimientos de culpa, vergüenza o responsabilidad que muchas veces sostienen el silencio.
Entonces, inundados de preguntas, preocupaciones, sentimientos y emociones desagradables y muchas veces aterradores a raíz del trauma piscológico, se vive en un estado de alerta permanente para protegerse de ciertas situaciones, estímulos visuales, olfativos o de carácter sensorial, en una lucha por la supervivencia.
Y como para el cerebro "El fin justifica los medios", en un intento de mantener la propia seguridad, se evitan a toda costa dichas situaciones o estímulos, se aprende a tener cautela al momento de confiar en los demás, y se tratan de controlar y manejar las emociones para evitar el desborde , aún cuando sea muy difícil y parezca tratar de parar una bicicleta con los frenos rotos. (Muchas veces es una tarea titánica imposible frente a algunas circunstancias).
Convivir con todo lo anterior en un mundo que exige funcionar y correr a mil, se vuelve más amenazante aún. Es como si le pidieras a una cebra que siga haciendo su vida cotidiana mientras sabe que hay un león acechando. Con la diferencia que en la sabana africana, el león eventualmente se va, la herida del trauma en los seres humanos queda como un "León rondando continuamente". Por lo que puede traer consecuencias fisiológicas como dificultades para dormir; concentrarse o dolores crónicos que muchos médicos catalogan como: idiopáticos, o en otras palabras, de origen desconocido. (O sea, más dudas)
Lo complejo es, que el trauma psicológico al estar incrustado, a veces se hace parte de las personas y se identifican con éste como parte de su personalidad. Por ejemplo: Soy miedoso, obsesivo, desconfiado y la lista puede seguir. Sin embargo, son respuestas y conductas naturales ante lo vivido, que acompañan durante mucho tiempo, pero no necesariamente es la identidad de quien lo experimenta. (Si has tenido que limpiar tu ventana todos los días porque hay una fábrica al lado que la deja negra y no puedes ver, no significa que te obsesiona limpiar la ventana, es lo que has tenido que hacer para poder ver hacia afuera o que entre algo de luz).
Si te hace sentido lo anterior, puede que estos 5 ejercicios puedan serte útiles para procesar y liberar las tensiones físicas y emocionales asociadas al trauma.
1. Tensión y relajación muscular: Tensa y relaja diferentes grupos musculares de tu cuerpo, comenzando desde los dedos de los pies y subiendo hasta la cabeza.
2. Respiración profunda: Practica la respiración profunda y lenta, enfocándote en la sensación del aire entrando y saliendo de tu cuerpo.
3. Movimiento somático: Realiza movimientos lentos y conscientes con tu cuerpo, como estiramientos o giros, para ayudar a liberar tensiones.
4. Pendulación: Balancea suavemente tu cuerpo de un lado a otro, permitiendo que tu sistema nervioso se calme y se centre.
5. Presencia en el cuerpo: Enfócate en la sensación de tus pies en el suelo o en la sensación de tu cuerpo en el espacio, para ayudar a calmarte y centrarte.

Es importante recordar que cada persona experimenta el trauma de manera única, y sanarlo no significa olvidar lo que pasó, sino aprender a vivir con ello de una manera que no te defina.
Si sientes la curiosidad de explorarlo, entenderlo y adquirir estrategias para ello, la ayuda profesional puede ser un paso crucial en ese camino, pudiendo ser una oportunidad para crecer, y dejar de sobrevivir para comenzar a vivir.
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